martes, 14 de octubre de 2008

Alexander Graham Bell

Alexander Graham Bell, nacido en Edimburgo el 3 de marzo de 1847. Hijo de una madre sorda y un padre fonoaudiólogo.

Resulta curioso que el inventor de un aparato para hablar a distancia (el teléfono), nació y vivió en el seno de una familia dedicada desde hacía dos generaciones a la rehabilitación de niños sordos. Su madre era sorda y Alexander con el tiempo se casaría con una mujer también sorda.


Su padre, Melville Bell, desarrolló un método fonético basado en la articulación de sonidos vocales, diseñado para personas sordas, al que llamaba "lenguaje visible" y del cual se verificaron numerosas ediciones. Su gran ilusión era que sus tres hijos continuaran la profesión de la familia. A los 5 años el joven Alexander había aprendido ya el lenguaje clásico de los movimientos de dedos y manos, utilizado normalmente por los sordos, para jugar con su madre.

Bell marchó pronto a los Estados Unidos para ocupar un puesto de profesor en la Escuela de sordos de Boston (Massachussets). Con sus alumnos utilizaba sólo el método fonético de su padre basado en la correcta posición de los labios, la lengua y el paladar. El lenguaje de las manos estaba prohibido. Sus resultados sorprendentes multiplicaron rápidamente el número de alumnos que acudían a sus clases, incluso procedentes de lugares muy lejanos.

En los años '70, Bell comenzó a investigar, junto con Thomas Watson, la factibilidad de crear un artefacto capaz de convertir el sonido en impulsos eléctricos. El objetivo: mejorar la calidad de vida de personas con problemas auditivos. Sin embargo, la idea tenía un aspecto comercial de incalculable valor: el mismo aparato podría utilizarse como un "telégrafo de voz", el teléfono.

En 1873 fue nombrado profesor de fisiología vocal de la Universidad de Boston, donde conoció a una alumna, Mabel Hubbard, completamente sorda por causa de la fiebre escarlata que sufrió a los 5 años y con la cual se casó varios años después.

El 8 de mayo de 1893 fue uno de los días más felices de Bell; una de sus alumnas, la célebre Helen Keller, que entonces tenía 13 años, ciega y sorda desde la edad de 18 meses (que con el apoyo de Ana Sullivan aprendió a hablar, a escribir y a comunicarse con los demás y llegó a graduarse en el Radcliffe College en 1904 y aprender cinco idiomas, mediante el lenguaje Braille), participó en la ceremonia de inauguración del nuevo edificio del Volta Bureau, hoy centro de información internacional sobre la educación oral de los sordos.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.